viernes, 29 de marzo de 2013

¿Qué papel tiene la comunidad educativa en la prevención de la violencia de género?



Desde 1999, fecha en la que se empezó a contabilizar, las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en el estado español ha superado el número de víctimas causadas en los 51 años de terrorismo de ETA, llegando al millar.
En estos últimos años la violencia de género ha dejado de considerarse un problema personal, familiar, doméstico e íntimo; para ser entendida como un problema social, basado en la desigual asignación de roles a mujeres y hombres. Los roles, papeles que se esperan desempeñemos, se asignan en función de una serie de estereotipos de género, es decir, imágenes socialmente compartidas sobre cómo deben hombres y mujeres ser, pensar, actuar y sentir, qué espacios deben ocupar y que tareas deben realizar.
Roles y estereotipos son socioculturalmente construidos, y por tanto modificables. Se transmiten de generación en generación mediante el proceso de socialización, mediante el cual aprendemos opiniones, valores, normas y conductas en consonancia con la cultura familiar y social de referencia. También aprendemos la forma en que manejamos y expresamos nuestras emociones. Actualmente los principales agentes de socialización son la familia, la escuela, los grupos de iguales y los medios de comunicación social. Todo ello nos muestra cómo debemos comportarnos y sentir chicas y chicos, mujeres y hombres; y nos ofrecen modelos de género, masculinos y femeninos, más o menos tradicionales. Todos estos agentes de socialización formamos parte de la  ‘tribu‘ educativa.
La importancia de las medidas educativas en la prevención de la violencia de género, está descrita y prescrita en las leyes aprobadas al respecto, como son la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género, la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la Ley Orgánica 2/2006 de Educación, y la recientemente aprobada Ley 7/2012 Integral contra la violencia sobre la mujer en el ámbito de la Comunidad Valenciana. Todas estas leyes mencionan en su exposición de motivos la necesidad de trabajar desde el ámbito educativo para eliminar las desigualdades de género y prevenir la violencia. La normativa señala un currículum de mínimos específico, que incorpora la perspectiva de género en las diferentes etapas educativas, para enseñar a detectar y superar las discriminaciones sexistas, para prevenir la violencia de género y para posibilitar la construcción de subjetividades más libres y de sociedades más justas y equitativas. En definitiva, la legislación promueve la coeducación, pero ni tenemos claro qué significa coeducar, ni se destinan recursos suficientes para ponerla en práctica.
Coeducar va más allá de educar en la misma aula y con el mismo currículo y metodología a chicas y chicos. Coeducar significa educar en igualdad de oportunidades, respetando y valorando las diferencias. El currículo básico sigue siendo androcéntrico, concibe el mundo desde una mirada masculina, se centra en el saber científico producido en el ámbito público, masculino, mientras omite conocimientos surgidos en el ámbito privado y no valora la experiencia y la vida cotidiana. Sólo hay que prestar atención a la invisibilidad de las mujeres y de los saberes considerados femeninos de los libros de texto.
Durante el año 2012, he estado desarrollando un trabajo de investigación, dentro del Máster de Género de la Universidad de Valencia, sobre estereotipos de género y mitos sobre el amor romántico en la adolescencia. En este trabajo he analizado el material de investigación obtenido en los Talleres de Prevención de la Violencia de Género realizados en el IES de Bocairent, una iniciativa surgida del I Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Bocairent. Los talleres se impartieron entre enero y abril de 2012 en las horas de tutoría y se intervino con todos los grupos desde 3º de la ESO. Partiendo de un marco teórico que relaciona en el origen de la violencia de género en parejas jóvenes se encuentran los estereotipos de género, una socialización diferencial de las emociones y un alto grado de mitificación del amor romántico, y de la revisión de varios trabajos de investigación publicados sobre este tema, se analizaron dos ejes temáticos: estereotipos de género y mitos sobre el amor romántico, desde una triple perspectiva, mediante la triangulación de técnicas de análisis de corte cualitativo. La triple perspectiva contempla diferentes niveles de análisis: uno individual, realizado sobre las expectativas amorosas que aparecen en las redacciones sobre la historia de amor ideal; uno grupal, realizado sobre comentarios, debates y valoración de los talleres; y un tercer nivel denominado sociocultural, en el que se han analizado sus canciones de amor favoritas y películas románticas. Desde esta triple perspectiva he pretendido hacerme una idea de qué mitos y estereotipos aparecen en el imaginario romántico adolescente. Los discursos sobre la igualdad y sobre la violencia de género van apareciendo de manera transversal.
Y en esta investigación he llegado a las siguientes conclusiones: aproximadamente un 80% de chicas y chicos tienen unas expectativas respecto a las relaciones amorosas muy mitificadas y estereotipadas. Los chicos son los que toman la iniciativa en el acercamiento mientras las chicas lanzas señales de manera indirecta y esperan ser ‘pretendidas’. Las chicas suelen sentirse atraídas hacia chicos cuyos rasgos se asocian al modelo tradicional de masculinidad, como ellas definen ‘con pinta de malote’ y desvalorizan a los chicos que no asumen ese papel. Los chicos ven a las chicas como un objeto al que poseer, le dan mucha importancia al físico y desprecian a las chicas ‘fáciles’. Las chicas idealizan más que los chicos a la persona amada, al ‘príncipe azul’, lo que puede colocarlas en situación de vulnerabilidad frente al maltrato, ya que esto les impide detectar las señales de riesgo y conductas abusivas hacia ellas. El imaginario amoroso sigue el patrón de los cuentos de hadas. Este patrón es el mismo que el de las películas románticas que consumen, Saga Crepúsculo y a 3 metros sobre el cielo; y el de sus canciones de amor favoritas. Pero hay un 20% de chicas y chicos que se abren a nuevas posibilidades de relación, lo que apunta a que es posible introducir cambios en este panorama.
Por otra parte, se sigue considerando que el feminismo es lo simétrico al machismo, no se entiende como un planteamiento sobre la igualdad de derechos sino que se considera algo radical porque ‘la igualdad ya existe’. El discurso igualitario está muy aceptado, es políticamente correcto, pero este discurso no concuerda con su actuación, y las chicas más mayores, de 2º Bachillerato son conscientes de ello. Hay un gran desconocimiento de las aportaciones de las mujeres a la historia, ciencia, etc. y se sorprenden cuando analizamos la evolución de la situación jurídica de las mujeres en las últimas décadas. Las chicas están más interesadas en abordar estos temas que los chicos, quienes no asumen su responsabilidad en el mantenimiento de las desigualdades y aceptan de buen grado los privilegios patriarcales. Reconocen que chicas y chicos aman de manera diferente, ellas son más emotivas y tiran de la relación, ellos se dejan llevar. Los celos son una parte necesaria del amor y piensan que las conductas de control y dominio son naturales en cualquier relación.
Cuando abordamos el tema de la violencia de género, piensan que se trata de un problema personal, en la que el agresor es alguien enfermo y la víctima es débil, e incluso la culpabilizan por ello.
Durante la adolescencia, chicas y chicos acaban de formar identidad personal en unos estereotipos de género muy marcados. La falta de modelos alternativos a los tradicionales de masculinidad y feminidad está contribuyendo a ello. La socialización emocional diferenciada desemboca en que en las relaciones amorosas cada uno asuma su rol: ellas se encargan del bienestar emocional de la pareja a cambio de una supuesta protección.
Ante este panorama, ¿qué podemos hacer?
La educación es la principal herramienta que tenemos a nuestro alcance para fomentar unas relaciones amorosas mucho más realistas y equitativas. La igualdad no se aprende sola, como señala Mª Elena Simón, necesita de las tres P: Prioridad, Presupuesto y Personal preparado.
Si queremos educar para erradicar la violencia de género, debemos intervenir sobre las actitudes y creencias que la sustentan, y que son la naturalización de las diferencias sexuales y la mitificación de las relaciones amorosas y de pareja.

María Cruz Pla Milán. Psicóloga. Máster en Género y Políticas de Igualdad. Formadora, tallerista e investigadora. (Este artículo ha sido publicado en el nº 48 de la Revista Barcella, febrero 2013, en valenciano)

Presentación






Bueno, tras unos meses en 'stand by' por fin me animo a poner en marcha este nuevo proyecto: dedicarme a la formación en materia de género e igualdad de oportunidades. Ya sé que hace tiempo que estoy realizando esta tarea, pero hasta ahora mi territorio de actuación se ha limitado al municipio de Bocairent. Creo que es el momento de ampliar fronteras y trabajar en otras localidades cercanas, y con otros colectivos.

Mi currículum en lo referente a la formación o talleres que he impartido es el siguiente:
- Curso 2011-2012. Taller de prevención de violencia de género desde la educación emocional, impartido en el IES de Bocairent (3º ESO, PQPI, 1º Bat, 2º Bat.)
- Curso 2012-2013. Taller de prevención de violencia de género desde la educación emocional, en el IES de Bocairent (3º ESO y PQPI).
- Diciembre 2012. Cuentacuentos no sexistas, en la 'Escola d'Hivern' del AMPA del CEIP Lluis Vives de Bocairent.
- Marzo 2013. Taller de Economía Práctica: ¿Sabes cuanto vale el trabajo doméstico?, en la EPA de Bocairent, dentro de las actividades de la Semana de la Mujer.

Hace años empecé a trabajar con asociaciones de mujeres impartiendo Talleres de Autoestima, en Villena y en Alicante.

Durante el 2010 y 2011 estuve realizando el Estudio Previo y el Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres del Ayuntamiento de Bocairent, junto con otro técnico municipal. Este Plan fue premiado por la Generalitat Valenciana con el III Premio 'Municipios construyendo igualdad de oportunidades'

Entre 2011 y 2012 estuve muy ocupada formándome, acabando el Máster de Género y Políticas de Igualdad de la Universidad de Valenciana, sobre todo realizando el trabajo de investigación final del Máster, titulado 'Príncipes azules y esclavas rosas: estereotipos de género y mitos sobre el amor romántico en la adolescencia'. En septiembre tengo previsto continuar con la investigación dentro del Doctorado en Estudios de Género de la Universidad de Valencia.

Mi objetivo a través de este blog es publicitar lo que hago y realizar propuestas abiertas para cualquier entidad o colectivo interesado en la equidad y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, de la zona de la Vall d'Albaida, L'Alcoia i el Comtat i l'Alt Vinalopó. Espero que os interesen.
Mari Cruz Pla